[1] [2]
1:1 En el primer día del mes sexto del segundo año del rey Darío, vino por medio del profeta Hageo la palabra de Jehovah para Zorobabel hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y para Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote, diciendo: 1:2 "Así ha dicho Jehovah de los Ejércitos: 'Este pueblo dice que aún no ha llegado el tiempo en que sea reedificada la casa de Jehovah.'" 1:3 Vino, pues, la palabra de Jehovah por medio del profeta Hageo, diciendo: 1:4 "¿Acaso es tiempo de que vosotros habitéis en vuestras casas enmaderadas mientras que esta casa está en ruinas? 1:5 Así ha dicho Jehovah de los Ejércitos: 'Reflexionad acerca de vuestros caminos. 1:6 Habéis sembrado mucho, pero habéis recogido poco; coméis, pero no os saciáis; bebéis, pero no quedáis satisfechos; os vestís, pero no os abrigáis; y el jornalero recibe su jornal en bolsa rota.'" 1:7 Así ha dicho Jehovah de los Ejércitos: "Reflexionad acerca de vuestros caminos. 1:8 Subid al monte, traed madera y reedificad el templo. Yo tendré satisfacción en ello y seré honrado, ha dicho Jehovah. 1:9 Pero vosotros buscáis mucho y halláis poco; y lo que lleváis a casa, de un soplo yo lo hago desaparecer. ¿Por qué?, dice Jehovah de los Ejércitos. Porque mi casa está en ruinas, mientras que cada uno de vosotros se ocupa de su propia casa. 1:10 Por eso, por causa vuestra, los cielos retuvieron la lluvia, y la tierra retuvo su fruto. 1:11 Además, llamé la sequía sobre la tierra y sobre los montes; sobre el trigo, sobre el vino nuevo, sobre el aceite y sobre todo lo que la tierra produce; sobre los hombres, sobre el ganado y sobre todo trabajo de las manos." 1:12 Zorobabel hijo de Salatiel, el sumo sacerdote Josué hijo de Josadac, y todo el remanente del pueblo escucharon la voz de Jehovah su Dios y las palabras del profeta Hageo, como lo había enviado Jehovah su Dios. Y el pueblo temió ante la presencia de Jehovah. 1:13 Entonces Hageo, mensajero de Jehovah, habló al pueblo con el mensaje de Jehovah, diciendo: "Yo estoy con vosotros", dice Jehovah. 1:14 Y Jehovah despertó el espíritu de Zorobabel hijo de Salatiel, gobernador de Judá, el espíritu de Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote, y el espíritu de todo el remanente del pueblo, y ellos acudieron y emprendieron la obra de la casa de Jehovah de los Ejércitos, su Dios, 1:15 en el día 24 del mes sexto del segundo año del rey Darío.